Cuando la iluminación, los sonidos y los sabores se unen: la sinestesia
La sinestesia es, según la definición aportada por la ciencia, «una variación no patológica de la percepción humana».
Esto quiere decir que los sinestésicos, pese a que no sufren ninguna enfermedad, perciben estímulos con otros sentidos de manera estable: escuchan la iluminación, ven los sonidos o saborean las palabras. Esta curiosa condición neuro-cognitiva solo afecta a un 1 % de la población, en su mayoría mujeres, y tiene un fuerte componente hereditario, por lo que es normal encontrar varios casos en una misma familia.
¿Por qué sucede?
Comúnmente se piensa que la sinestesia es la mezcla de los estímulos sensoriales, pero esta afirmación no es del todo cierta. El sinestésico puede percibir la luz tal y como es, pero, además, a este estímulo se suma otro que, en teoría, no debería activarse como, por ejemplo, el olfato. Estas personas creen que su percepción del mundo es normal y cotidiana, y no son conscientes de su particularidad hasta que lo comentan con alguien o leen un artículo científico.
Esta singular percepción se produce cuando dos sistemas sensoriales diferentes se activan al mismo tiempo de manera automática e involuntaria. Debido, seguramente, a un problema de conexión entre los circuitos neuronales provocado por un fallo genético, por lo que el cerebro de los sinestésicos se desarrolla de una manera diferente desde el útero de su madre.
¿Cuántos tipos hay?
Aunque se conocen más de 80 tipos, cada uno de ellos particular en cada individuo, destacamos los más comunes:
1. Grafema-color: Se produce cuando el sinestésico asocia letras o números con un color determinado.
2. Sonido-color/sabor: Teniendo en cuenta algunas de las características del sonido o las composiciones musicales, tales como el ritmo, intensidad o frecuencia, el sinestésico verá distintos colores o percibirán ciertos sabores.
3. Espacial: Cuando se conciben los conceptos espaciales con un color o un sonido determinado.
Relación entre sinestesia, visión y arte
Se ha comprobado que la visión tiene un papel importante a la hora de percibir estos fenómenos sinestésicos. De tal manera, cuando los sinestésicos enfocan su vista en la luz o en un determinado color, se abre ante ellos un mundo de sensaciones. De igual modo, puede suceder que frente a un determinado estímulo como la música o un sentimiento como el dolor, perciban un color en particular.
Muchos artistas, especialmente pintores, se han inspirado en esta condición para crear sus obras. Entre ellos, destacamos los compositores Rimski-Korsákov y Liszt; los autores Rubén Darío, Baudelaire y Nabokov; pasando por pintores consagrados como Vincent van Gogh y Kandinsky hasta los más actuales, como Melissa McCracken o Jack Coulter, en cuyas obras de arte apreciamos la compleja iluminación que perciben de los propios colores, de los sonidos cotidianos y de las notas musicales.