¿Cómo se relacionan la luz y los ojos para crear la visión?

La visión es una función asombrosa que consiste en convertir la luz que llega a nuestros ojos en impulsos eléctricos.

Estos avanzan por el nervio óptico con el objetivo de llegar al cerebro. De esta forma, el ojo humano, cuando funciona correctamente, es capaz de percibir hasta 10 millones de colores distintos.

¿Cómo se relacionan la luz y los ojos para crear la visión?

Cómo funciona el ojo humano y qué mecanismos tiene la vista

El ojo es un complejo órgano que posee varios elementos: una lente o cristalino, que permite enfocar objetos a diferentes distancias; la pupila, que es un orificio que permite pasar la luz cuya apertura la regula el iris; y la retina, que es un tejido sensible a la luz.

La radiación electromagnética ingresa a través de la pupila, para atravesar el cristalino y proyectarse en la retina. Las células fotorreceptoras transformarán la energía lumínica recibida en impulsos nerviosos, que avanzan por el nervio óptico en dirección al cerebro.

¿Qué células permiten ver la realidad?

Las células que permiten ver la realidad tal como la conocemos se denominan conos y bastones, y se encuentran formando parte de la retina.

Los bastones son células fotorreceptoras de la retina encargadas de la visión periférica. Son muy numerosas (120 millones) y sensibles a la luz. Los bastones no perciben los colores y no son importantes para nuestra percepción visual diurna, sin embargo, permiten la visión nocturna, ya que reaccionan con poca intensidad de luz.

Por otra parte, los conos permiten la agudeza visual al ojo humano, ver los pequeños detalles en los objetos. Tenemos alrededor de 7 millones de células en el centro de la retina que permiten diferenciar los colores. En esta región se encuentra la fóvea, que destaca por no poseer ningún bastón y es el área especializada y capacitada para percibir los colores.

La iluminación en la percepción del color

Los niveles de iluminación intensa, a plena luz del día, favorecen la respuesta de los conos fotorreceptores rojos, verdes y azules. Cada uno posee la capacidad de absorber una determinada longitud de onda para dar lugar a la percepción del color.

De esta forma, los conos rojos perciben las longitudes de onda larga que se corresponden con el rojo; los verdes son sensibles a las longitudes de onda media que se corresponden con el verde; y el azul para las longitudes de onda corta.

Cuando la iluminación es intermedia, entran en acción tanto bastones como conos. Por otra parte, cuando hay niveles de iluminación muy bajos, la recepción de la poca cantidad de luz es a través de los bastones. En este caso, solo existe sensibilidad visual con respecto al color azul y el rojo es imperceptible. La vista se torna monocromática y no existe discriminación en los colores del espectro visible.

En definitiva, los ojos son los que permiten recopilar la información para iniciar el complejo proceso de la visión.

¿Vemos realmente con los ojos?

La respuesta es no. En realidad, vemos con el cerebro, ya que todo lo que nos rodea es una interpretación aprendida por el cerebro.