Cromoterapia: la luz y sus efectos
Durante el otoño y el invierno las horas de luz solar disminuyen afectando a nuestro estado de ánimo y a nuestras funciones vitales. Trabajar, estudiar o vivir con una iluminación inapropiada requiere un esfuerzo mayor de los ojos y del cerebro. Todo parece requerir de una atención y concentración mayores, el rendimiento es menor y aumenta la fatiga.
De ahí la importancia de preparar nuestros hogares y lugares de trabajo con una luz adecuada y suficientemente iluminados.
Los humanos necesitamos una luz de una intensidad mínima de 800 a 1.000 lux para regular los niveles hormonales y los ritmos circadianos. Gracias a la luz, el organismo libere serotonina y dopamina, las hormonas de la actividad y del buen humor. Intensidades inferiores aumentan la secreción de melatonina, hormona del sueño, aumentando la sensación somnolencia, cansancio y causando o agravando algunos desórdenes físicos y psicológicos.
Las nuevas tecnologías han permitido el desarrollo de lámparas y luminarias con un espectro luminoso similar a la luz del sol con todas sus variaciones de intensidad a lo largo del día, y con longitudes de onda de los distintos colores del arco iris.
Son lámparas y luminarias de espectro completo.
El LED y el LED RGB permiten obtener una luz blanca ideal a partir de una combinación de rojo, verde y azul, y que podría llegar a tener efectos aún más beneficiosos que el propio sol.
A grandes rasgos, una luz amarillenta cálida ayudaría a despertar por la mañana. Una luz con matices azules es más apropiada para trabajar ya que somos sensibles al azul, provocando un estado de alerta. Por otro lado, la luz rojiza ayuda a dormir.
En este sentido, se puede confiar en la calidad y ventajas que ofrece el LED.
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